Decir estas simples palabras frenarán en seco las llamadas de SPAM

Con el éxito de WhatsApp, todo apuntaría a que las llamadas telefónicas están condenadas a desaparecer. Los mensajes de voz se han convertido en la alternativa más popular, ya que los recibes al instante, los escuchas cuando quieres y los respondes, o no, al cabo de unos minutos, horas o días. Pero la telefonía clásica sigue ahí. Y, por desgracia, se emplea para realizar llamadas de spam. En cualquier momento del día. Y aunque la ley no lo permita.

Primero se acabó con la venta puerta a puerta. Luego se puso freno a las llamadas de telefonía con ofertas, anuncios y promesas. Con la normativa más reciente, hay unos horarios limitados en los que se pueden realizar. Y aunque debes aceptar este tipo de llamadas, las compañías ya se aseguraron de “colarnos” esta aceptación en otros productos o contratos. De manera que las llamadas de spam no cesan. No solo eso. A estas se les unen llamadas fraudulentas de toda la vida y otras algo más elaboradas.

Sea como fuere, muchas personas se quejan de que reciben llamadas telefónicas. Cuando la ley dice que no pueden hacerlas. Especialmente en determinadas horas del día y días de la semana. Pero las llamadas se siguen produciendo sin que podamos hacer nada. Salvo bloquear ese número y esperar a que no se produzca una nueva llamada.

Por qué recibes llamadas de spam

Servidores de centros de datos

Las empresas, oficiales y subcontratadas, compran y venden bases de datos con miles de números de teléfono. En la mayoría de los casos, es legal. Aunque no seamos conscientes, cuando aceptamos un contrato con el banco, tu empresa de telefonía, luz, gas u otro proveedor de servicios, aceptamos también que nuestros datos pasen a una base de datos que vale dinero. Y que puede acabar siendo vendida a terceros. 

Esas listas acaban siendo revendidas. Porque son valiosas para la venta por teléfono. Y es difícil seguirles el rastro. A esta fuente de números telefónicos, fijos y móviles, se une que en internet también publicamos nuestros datos. Y aunque no los publiques, al formar parte de un perfil de usuario, en numerosas filtraciones de datos aparecerá tu número de teléfono. Porque la empresa de turno no hizo los deberes al garantizar la seguridad de tus datos.

Además, las llamadas de spam siempre son lucrativas. No requieren una infraestructura muy costosa. Y con algo de tiempo y paciencia, se pueden conseguir nuevos clientes, en las llamadas legales. O víctimas, si hablamos de fraude telefónico. El resultado es el mismo: llamadas inoportunas que tú no has pedido. Que resultan molestas y que, probablemente, no te solucione el día porque no te interesa lo que te están vendiendo.

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