DAT.- El sistema económico actual se enfoca en el crecimiento económico, pero esto puede causar desigualdad social y degradación ambiental. Para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, expertos aseguran que es necesario avanzar de la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) a la Economía de Impacto.
Explica Luis Bautista Garrido Palacios que, en esta transición, las empresas deben equilibrar las ganancias y el impacto, considerando los riesgos y oportunidades para generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Las divulgaciones ESG obligatorias y la economía de impacto son cada vez más importantes en este sentido, y los profesionales que se dedican a generar un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente deben estar preparados para supervisar estos aspectos en su trabajo.
RSE a Economía de Impacto
La Economía de Impacto se refiere a un tipo de sistema muy diferente de la economía capitalista tradicional, que se enfoca únicamente en los rendimientos financieros. En una economía de impacto, los consumidores y accionistas desafiarán a los empresarios y ejecutivos a demostrar que generan sus ganancias de una manera que contribuye al bien público.
Entendiendo este concepto, los profesionales responsables de áreas de sustentabilidad encargados de desarrollar y ejecutar estrategias de sostenibilidad deben estar preparados para pasar de la RSE a la Economía de Impacto.
En primer lugar, deben enfocarse en la mitigación de riesgos relacionados con factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés). Esto implica identificar y abordar los posibles riesgos que una empresa u organización puede enfrentar en términos de su impacto en el medio ambiente, las prácticas laborales, la ética empresarial, entre otros.
Por otro lado, deben estar involucrados en la creación de nuevo valor orientado al impacto positivo. Esto implica buscar oportunidades para generar beneficios sociales y ambientales a través de la actividad empresarial. Por ejemplo, pueden explorar formas de reducir la huella de carbono de una empresa, promover la inclusión social en la cadena de suministro o desarrollar productos y servicios sostenibles.
Un nuevo desempeño corporativo
La creación de valor empresarial es el objetivo principal de una empresa. Sin embargo, la emergente Economía de Impacto está transformando tanto el concepto de valor empresarial como quién tiene la capacidad de definirlo. En la Economía de Impacto, el crecimiento económico y el crecimiento empresarial no son independientes de la resolución de problemas sociales y ambientales, y cada vez más pueden estar alineados con estos objetivos.
A medida que este campo evoluciona, también se puede comenzar a utilizar de manera precisa y coherente la divulgación de datos para comparar empresas y sectores, de la misma manera que se hace con el rendimiento financiero tradicional. Esto marca el comienzo de una nueva era de transparencia e integridad en la medición de los impactos generados por las empresas.
En los últimos años, hemos presenciado un nivel de conciencia sin precedentes sobre la acción climática y la necesidad de generar un impacto en el clima. Esto se debe a una serie de factores, como las expectativas del mercado financiero, las nuevas regulaciones y las nuevas generaciones de empleados y consumidores que demandan una mayor acción por parte de las marcas para las que trabajan y de las que compran.
Transformando la Responsabilidad Social
Las acciones de las empresas centradas en reducir su impacto, social, ambiental y ético relacionadas con la responsabilidad social están evolucionando para pasar de centrarse únicamente en el impacto corporativo a crear nuevo valor a través de la generación de impacto positivo.
En este sentido los profesionales de la responsabilidad social tienen mucho que aportar debido a su relación con las distintas partes interesadas, como son clientes, inversores, accionistas, y un profundo conocimiento de los problemas sociales y medioambientales, así como su capacidad de influir en todo el negocio.
Finalmente, en lugar de centrarse únicamente en la responsabilidad social y cumplir con ciertos requisitos éticos y normativos, los profesionales de responsabilidad corporativa deben avanzar hacia estrategias más amplias que aborden tanto la mitigación de riesgos como la creación de nuevo valor. Esto implica que deben considerar no solo cómo minimizar los impactos negativos de la empresa en la sociedad y el medio ambiente, sino también cómo generar impactos positivos y contribuir al desarrollo sostenible.
(Con información de Luis Bautista Garrido Palacios)