Bendito fue aquel que le puso pantalla y Bluetooth a un reloj, el que inventó la afeitadora más avanza y compacta del mundo o el encargado de que la freidora de aire se pudiese programar desde el móvil. La tecnología está bien y su avance suele estar centrado en hacernos la vida más fácil y cómoda, pero hay situaciones en las que empieza a carecer de sentido. Justo esto es lo que no debieron pensar los inventores de los productos que hemos recopilado hoy.
A lo largo de la historia de Internet han fracasado miles de proyectos, ya sea por una idea muy loca, falta de financiación o un mal timing en el momento del lanzamiento. Los que te vamos a mostrar hoy quisieron pasarse el juego de la tecnología, pensaron que llevar el Bluetooth y los chips a productos cotidianos y simples era buena idea, pero eso de ponerle una pantalla a un reloj y triunfar solo está al alcance de unos pocos.
Hay cosas de la vida que es mejor disfrutar tal y como son, sin preocuparte por si tiene batería o está conectado al WiFi. La tecnología es maravillosa y nos permite hacer cosas increíbles que hace años soñábamos, pero puede que echar sal a la ensalada nunca necesite nada más allá de un pequeño tarro y un par de sacudidas. Un movimiento arcaico para el inventor del siguiente producto, pero muy efectivo al fin y al cabo.
SMALT, ¿por qué nadie quiso tener un salero inteligente?
El primero de la lista también es uno de los más locos. SMALT es un salero inteligente que tiene luces LED, un altavoz y se conecta a tu smartphone para echar la sal justa a los platos que comes. No es una broma, este producto llegó a ser real y se lanzó como un proyecto en Indiegogo, aunque solo recaudó el 37% de lo que necesitaba para llegar a los estantes del mercado.
«Producto estúpido hecho por gente estúpida», se lee en los comentarios de la plataforma de crowdfunding. Y es que, alguien pensó que era buena idea sustituir un salero de toda la vida por un producto con LEDs, altavoz, la necesidad de cargarse y que debe estar siempre conectado a un smartphone. Además, solo costaba 200 dólares. ¿Quién no querría uno?
Quirky Egg Minder, lo mismo pero con huevos
El segundo protagonista de hoy sí llegó al mercado y vendió algunas unidades, aunque no se puede decir que fuese un éxito. Se trata de Quirky Egg Minder, una huevera que integra tecnología para indicarte cuántos huevos te quedan en la nevera o cuánto tiempo pasará hasta que se pongan malos. No hace nada más. Ni los cocina ni los mantiene en mejores condiciones, solo cuenta huevos y días.
A cambio, el usuario debe mantenerlo con batería, conectarlo a la red WiFi, descargar una app en su smartphone y previamente haber desembolsado la friolera de 80 dólares. Solo hay un caso en el que puede servir de algo, y es cuando estás en el supermercado y no sabes si necesitas este alimento. Ahora bien, parece más barato y ecológico comprar una docena y arriesgarte a que en tu nevera todavía queden 3 o 4 huevos. Por supuesto, este aparato fue un fracaso.
Un tenedor con mucha tecnología, que también fracasó
El HAPIfork causó cierto revuelo hace unos años en el CES de Las Vegas. Prometió ser el primer tenedor conectado del mundo, que incluía opciones como conocer el ritmo de tu ingesta o analizar la duración de tus comidas. Gracias a su respuesta háptica y unas luces LED te indicaba si debías rebajar el ritmo o aumentarlo.
En esencia, es otro producto lleno de tecnología que, tras un poco de murmullo entre los analistas tecnológicos de aquel CES, murió sin demasiados clientes satisfechos. Parece que nadie quería un tenedor lleno de circuitos y que siempre debía estar conectado a tu smartphone. Bueno, ni pagar más de 60 dólares.
Tecnología y desodorante no van de la mano
Más de 1.400 personas pensaron que era buena idea apoyar el proyecto de ClickStick en Kickstarter. ¿Qué hace este producto? Es un aparato que dispensa la cantidad justa de desodorante. Ni más ni menos, lo justo. No solo costaba 20 dólares en promoción, sino que solo era compatible con los recambios de la propia marca.
Además, el dispositivo podía conectarse a tu smartphone para recordarte que tu stock de desodorante se estaba agotando. Algo así como lo de los huevos, pero con los sobacos y tu higiene. Actualmente no se puede comprar, por lo que entendemos que poca gente tiene problemas a la hora de determinar la cantidad justa de desodorante que necesitan sus axilas.
Tecnología y caca, lo menos loco de la lista
Juntar heces y tecnología no suena bien, pero es el producto más sensato de todos los que hemos puesto en esta lista. Throne es un dispositivo que se coloca en tu váter, analiza tus deposiciones —en el formato que sea— y hace un seguimiento controlado de tu bienestar intestinal e hidratación. Puede que no te haga demasiada gracia tener una cámara grabando tu inodoro, pero es una condición inexorable para su buen funcionamiento.
Aquí la tecnología no es del todo absurda, pues Throne puede detectar enfermedades intestinales graves o problemas de hidratación relacionados con la orina. Ahora bien, su éxito puede estar condicionado por una estrategia de marketing cuestionable, que en vez de centrarse en la salud, lo hace en compartir el estado de tu caca con familiares a través de su app. Algo así como una competición de bienestar intestinal.
Además, tampoco parece que haya demasiada gente interesada en un dispositivo de 500 dólares que necesita recargas cada poco tiempo, tiene una cámara apuntando a tus zonas íntimas y, además, está siempre conectado a la red.
Siendo el más coherente de los 5 productos, también comparte un uso de la tecnología que ha ido demasiado lejos.